Después de largo tiempo sin escribir, y concretamente hoy,
en día de relax y tranquilidad, y de darle vueltas, he decidido hablar desde
mis humilde punto de vista, de ese objeto tan cargado de significado para
muchos de nosotros/as en este mundillo nuestro del BDSM, el collar, ese
accesorio que más allá de ir colgando en el cuello de muchas/os de sumisas/os,
esclavos/as, está de lejos de ser un mero objeto decorativo y como siempre
hablaré desde mi punto de vista más personal y significado propio y de mi forma
particular de vivir el BDSM, sin pretender profundizar, ni comeros el coco con
que mi forma de hacer las cosas son la forma única y correcta de hacerlo ni
obligaros a cincel a pensar como yo, porque eso para mi estaría lejos de la
realidad y del vivir intensamente el BDSM y sentiros cómodos y de disfrutarlo,
sino más bien, nombrar y compartir un poco de uno mismo y sus prácticas y
gustos personales o forma de hacer las cosas, sin pretender crear una ley que
nadie haya de seguir a pies juntillas.
Para mí un collar puede tener múltiples funciones o
significados, a grandes rasgos puede guardar diferentes contextos.
Los collares pueden ir desde el más nombrado comúnmente como
el
Collar Oficial o
de Propiedad que para mí
sería lo más parecido a un collar de compromiso, una vez consolidada una
relación BDSM Amo sumisa/esclava.
Un regalo / distintivo hacia mis esclavas y sumisas no por
ello “gratuito” sino que han llegado a conseguir en base a su esfuerzo,
complicidad, respeto, obediencia y honestidad, por su lealtad y
entrega, y del compromiso que ésta asume de servirme,
seguirme en mi camino, juntos o como digo yo, al paso de la cadena que une su
collar a mi mano, al paso de a quien pertenece y se debe y guía y por el que se
compromete no solo en la obediencia y entrega hacia su Amo, sino también en mejorar
en toda faceta de su vida, educativa, profesional, familiar, y
evidentemente en las directrices, y exigencias hacia su Amo.
Yo en mi caso, como marca personal para mis collares
oficiales, cuando considero que mis sumisas u esclavas se han
ganado su collar, les agrego un candado de forma particular con las siglas que
hacen referencia a mí grabadas en dicho candado y que una vez conseguido,
deberán esforzarse en mantenerlo y hacerlo valer cada día.
Independientemente de que sea sumisa con collar de
propiedad, o adiestramiento, compañera de juegos, etc. no tienen nunca un trato
diferencial y ninguna es superior a la otra, no cabe la rivalidad. En mi caso
valoro mucho la armonía y todo aquello que pueda representar la ruptura de esa
armonía puede superior la retirada del collar de quienes participen en esa
rebelión o ruptura de armonía, a pesar de que de muy seguro pueda resultar
doloroso para las partes y para un Amo Dominante, cuando se toma esa decisión,
que yo mismo he llegado a tener que tomar en algunos momentos de mi vida como
practicante.
Evidentemente el poder de control y dominancia sobre la
voluntad, la obediencia y entrega de la portadora de dicho collar sea oficial o
no, conlleva también el asumir como Amo también las responsabilidades propias
de tener una sumisa y/o esclava, que no son pocas y que en mi caso personal, ya
he nombrado en algún escrito anterior mio.
Para mi el collar oficial, o collar de propiedad que se ha
ganado la sumisa u esclava, y que para mí indica que la relación se ha asentado
y ha madurado con una gran lealtad y complicidad, donde no hay secretos, y
existe un gran vinculo entre Amo sumisa/esclava, donde la entrega al servicio
del Dominante por parte de la sumisa es total y donde el Dominante, como Amo ha
llegado a sentir y se le ha demostrado que la sumisa u esclava satisface sus
necesidades y hay una armonía recíproca, y que puede conllevar a condiciones
especiales, una gran integración y profundidad en la relación.
Sin embargo en el BDSM no siempre todo es perfecto, como
todo en la vida, y para bien o para mal, si las cosas no resultan salir como
debieran, o por faltas, o porque simplemente no son del gusto de alguna de las
partes, o no es lo que buscaba Amo o sumisa/esclava, lo más apropiado es que se
devuelva el collar a su dueño en el caso de que la relación BDSM
Amo/esclava/sumisa se termina por alguna de las dos partes u el peor de los
casos por el bien común se le sea retirado el collar, aunque en muchos casos
esto pueda doler.
Existen otros collares que quizá no son tan oídos o de los
que se habla poco en algunos círculos como son los collares de protección,
adiestramiento, collares bajo consideración.
Collar de Consideración:
El collar de consideración en mi caso lo utilizo por primera
vez para alguna sesión/es específicas o juegos, con el objetivo de explorar
ambas partes y tantear si realmente es lo que ambos buscamos como sumisa y
Dominante, e ir tanteando la posibilidad de seguir más allá y profundizar y
pasar al segundo escalón. En este caso normalmente la sumisa no tiene
obligaciones fuera de sesión y juegos, y puede quitarse el collar y terminar la
relación sin problema alguno y terminar por cualquiera de las partes la relación,
juegos, continuidad de sesiones y dejar de ir más allá.
Collares de Adiestramiento:
Un collar de adiestramiento personalmente para mí ya indica
algo más serio, muestra que un Dominante y una sumisa han interactuado juntos
ya durante algún tiempo o tienen una gran afinidad o vinculo,
independientemente del tiempo, personalmente pienso que como todo en la vida,
puedes tener grandes amigos, o una pareja y en ocasiones tardar un año, o más
en ganar un determinado nivel de confianza y compenetración, y con otras
personas llegas a darte cuenta de que hay tanta compatibilidad o vinculo que en
poco tiempo llega a parecer que se conocen de toda la vida.
En cualquier caso una sumisa con collar de Adiestramiento, a
mi lado, ha llegado a un nivel en el cual lo equiparo a un compromiso, algo más
serio y con deseos de continuidad, y que por lo tanto desea entregarse y
amoldarse a los deseos, protocolos y estar a mi disposición, gustos y
procederes, aprendiendo y atendiendo a mis deseos mientras evidentemente me ha de
hacer saber los suyos, sus deseos, sueños como desde su primer día, a fin de
tenerlos en consideración para cuando considere conveniente otorgarlos como
premio, materializarlos, con el fin de hacerla sentir, puesto que considero,
esto es importante y que ha de ir en dos direcciones, y han de compartirse
intereses, deseos, a finde llegar a un buen grado de complicidad, que comparten
muchos intereses y prácticas durante sus juegos y aprendizaje, nada más lejos
que la complicidad de comenzar una relación sumisa, u esclava, y Amo.
Evidentemente la sumisa siempre podrá quitarse el collar,
por propia voluntad aunque siempre será algo doloroso, yo personalmente lo
comparo con una ruptura, pero que hay que asumir por los motivos o sentimientos
comunes, y que también puede ser tomada esta decisión por el lado del Dominante
por alguna falta grave, o por intentar en cualquiera de ambos, el entrar en una
espiral negativa o de destrucción.
Sustitutos del Collar de Propiedad:
La experiencia me ha enseñado con el tiempo, de que no todas
las personas que viven o intentan vivir el mundo del BDSM, y en concreto las
sumisas u esclavas, por diferentes razones, en ocasiones pueden tener problemas
para portar el collar en su vida diaria a todas horas, bien por situaciones incomodas
familiares, laborales, por motivos sociales de localización, gente intolerante
o que pueda traerle problemas con gente ajena al mundo BDSM, es por ello que a
mi forma de verlo pueden usarse collares sustitutos para esas “situaciones”
cargados de significado, algún collar de joyería de cualquier tipo, o una
gargantilla más sutil que el de uso oficial y que tan solo jugará el papel de
collar sustituto durante esos momentos, lejos del protocolo mas formal en
presencia de su Amo.
Los Collares de Protección:
Este tipo de collares simplemente hacen referencia a que un
Señor ha elegido extender su protección y ayuda a la sumisa que se lo ha dado,
normalmente sumisas u esclavas que han tenido algún tipo de relación Amo
sumisa/esclava traumática o de tener algún tipo de relación no consensuada u
abusiva, y por tanto únicamente se limita a protegerla, asesorarla,
evidentemente aquel que protege no tiene derechos sobre la sumisa, ni le
aplicará disciplina, y únicamente este tipo de collares sirven para que otros Dominantes
vean que esta sumisa se encuentra bajo la protección de un Señor.
Normalmente en este collar debería ir las iniciales del
dominante que la protege y una pequeña letra “P” cuyo significado es que es una
protegida de ese Dominante. La protección no tiene un limite establecido porque
nadie tarda en recuperarse lo mismo, el tiempo suele curar las heridas
dependiendo de la gravedad y del daño psicológico y daños personales de cada
uno, gracias a este collar la protegida puede tener la tranquilidad de que
estará a salvo fuera de casa o de si va a algún evento BDSM y no podrá ser
tocada o molestada por nadie sin el conocimiento del Dominante que la protege.
Sin más me despido de quienes de vosotros hayan sido capaces
de aguantar leer hasta el final.
Sed felices disfrutad intensamente, sintiendo y haciendo
sentir, y como siempre suelo decir: El BDSM es como los muebles de IKEA,
móntatelo como tu quieras.
Hasta la próxima.
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